El IX Duatlón (versión mujer)

Otro año más que podemos disfrutar arropados en nuestra ciudad, el IX Duatlón Ciudad de Salamanca. Llevamos toda la semana pensando en el domingo, mirando el tiempo y esperando como ilusos que no haga tanto aire. Sales de casa con prácticamente todo preparado, el mono puesto, con la duda de manguitos, térmica, nada… lo de siempre o piensas que te sobra o lo echas en falta. Llegas a la zona de boxes, te guía la música y la gente que prepara las bicis en sus coches y al gran Navazo que ahora es pluriempleado, presidente y speaker (de la que te has librao Manuel). Empiezas a sentir el gusanillo en el estómago de los nervios, con las dudas de cómo irá, que me respondan las piernas, que no pinche; te fijas un poco en tus contrincantes, ves las bicis, sus monos, algunos son tirillas y tu pensando madre mía dónde me he metido.

 

Metes la bici, ya no hay marcha atrás, te aseguras que este todo en su sitio, buscas un referente para ir directo a tu bici y sin darte cuenta ha pasado el tiempo y estás en la línea de salida.

En nuestro caso, las chicas, ves cómo se va el mogollón de los chicos y esos dos minutos de diferencia se hacen un poco largos, pero piiiiiiiii arrancas cual pollo sin cabeza para darte cuenta según giras la curva, viene tu amiga la cuesta y no una sino unas cuantas veces; pero claro acabas de empezar y tienes que tirar para adelante que todo el mundo te está aplaudiendo jejejeje. Sigues a la de adelante en el sube y baja, pasas por el arco te nombran, te apoyan y te sale esa sonrisilla viniéndote arriba, pero eso se te olvida cuando otra vez a subir jejejeje.

Llega el momento de la bici, mama mía no sientes las piernas, dos piedras parecen, pero ahora eres tú contra el aire, un rato a favor y otro en contra, al fondo están como locas las voluntarias gritando y como no les haces caso, bajas piñón y a por ell@s jejejejeje. Después de cuatro vueltas entretenidas, y claro está que de paso te saquen en una foto para el fondo del facebook jejejejeje, y con el corazón acelerado, bajas deprisa de la bici para acabar con un par esos dos kilómetros y medio y decir, lo he conseguido.

Así que a mí me apetece volver, no a dónde si no a qué: a tener ese gusanillo en el estómago, a ver ese ambiente que tanto curro ha supuesto a nuestros compañeros del club, a los voluntarios por supuesto y a ver como tus familiares y amigos te ayudan en cada momento, a darte cuenta que en el fondo te gusta sufrir porque te llenas de adrenalina, a darte cuenta que eres capaz de esto y de mucho más y sobre todo a la sensación de pasar por el arco de meta y buscar a alguien para abrazarte y decir enhorabuena. ¿¿Te vienes??

Laura Vicente

 

   

 

El IX Duatlón (versión hombre)

Con seis años (y siete kilos) más desde mi último duatlón de Salamanca, pero con la ilusión de un chaval, me presento el primero en boxes la mañana del domingo 10 de abril de 2016. Hace frío, y sopla un vientecillo cortante que nos va a complicar la bici, pero el ambiente es bueno, la organización ha hecho bien sus deberes y entre los que vamos llegando se notan las ganas de empezar a correr.

Tomamos la salida unos 140 corredores; en la inmediata primera cuesta las pulsaciones se me disparan y me noto pesado y torpe; la primera vuelta se me hace dura, aunque en la segunda voy un poco mejor. Voy con los últimos del pelotón, y como he decidido darlo todo pero a la vez disfrutar, no me agobio y sigo a mi ritmo hasta la T1.

Mis deplorables transiciones me hacen salir todavía más atrás con la bici, pero en cuanto empiezo a dar pedal me vengo arriba y decido darme brasa, aunque luego palme en el último segmento (no os engañéis: ¡mi brasa es el calentamiento de los demás!). Hago una primera vuelta en solitario un poco más lenta (no conozco el circuito en bici), y en la segunda empiezo a acelerar un poco. Con mi compañero Jonatan García –que me alcanza-, Toni –del Seler Univest- y otros dos triatletas formamos un grupito del que voy tirando un buen rato, y después nos vamos relevando; si no recuerdo mal, es la primera vez que aguanto todo el segmento ciclista sin descolgarme del grupo. Los voluntarios (entre ellos, mi hijo) me animan por mi nombre cada vez que me ven, y esos ánimos me dan fuerzas para no decaer y exigirme hasta la última gota de energía que me queda, especialmente en los tramos con el viento de cara. En la última vuelta Jonatan paga la novatada y se descuelga un poco, y los demás enfilamos el último segmento.

Como siempre, los primeros metros de la última vuelta se me hacen duros, y encima repetimos la doble cuesta inicial… aquí sí que me noto lento y pesado… pero sigo, y recupero algo de ritmo, alcanzo a Toni, lo adelanto, nuevo sube y baja, y por fin, con una inmensa alegría por haber disfrutado tanto, entro en la meta con una cara de satisfacción absoluta. Tras la llegada, lo mejor: saludos y abrazos de familia, amigos, compañeros del club y compañeros de la carrera, todos compartiendo el placer de haber finalizado.

Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien en un duatlón, y por ello quiero agradecer a mis compis del club (directiva y resto de colaboradores) el excelente trabajo realizado, a los voluntarios su apoyo y sus gritos de ánimo, y a todos los corredores y corredoras el buen desarrollo de la competición, que he disfrutado como si la hubiese ganado. ¡Hasta la próxima!

Manuel Meixeira

 

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